“En los últimos años hubo una especie de boom de la literatura conurbana”, afirma Alba Murúa, escritora con el corazón puesto en Morón y una larga trayectoria en La Matanza.
En una conversación íntima con La Ciudad, la autora de “Instrucciones para multiplicar la dicha”, “Amazona vencida” y muchos otros poemarios, habló acerca de sus inicios en la escritura, el pinkwashing, las mujeres, y el mercado editorial, además de adelantar, en exclusiva, su próximo poemario, pronto a salir.
¿De dónde sos? ¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Cómo fue ese inicio de relación con el mundo de la escritura?
Nací en Pompeya, barrio al sur de la capital, pero viví casi toda mi vida en Morón. Tengo un gran recuerdo de infancia de Ituzaingó Norte cerquita de las vías del Sarmiento y de los alrededores de San Antonio de Padua, donde crecí. Mi actividad docente y literaria, sin embargo, se ha desarrollado principalmente en La Matanza.
Empecé a escribir a muy temprana edad, ya a los diez años le había dedicado un poema bastante elaborado a mi padre. Me encantó aprender a escribir, jugar con las palabras; mi madre me había iniciado en la poesía y, como se usaba en aquellos tiempos, memorizaba y recitaba, que era una actividad que disfrutaba mucho. Adoraba (y adoro) los libros también, así que la escritura fue una consecuencia previsible de esas primeras influencias.
¿A quiénes considerás tus “referentes” en lo literario? ¿Cuáles son tus influencias?
Tengo múltiples referentes. En la juventud, Pablo Neruda, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Walt Whitman, Antonio Machado, Alfonsina Storni, Julio Cortázar, Eduardo Galeano, Ray Bradbury. Estudié el profesorado ya grande, en los treinta; entonces sumé otras voces maravillosas, tanto en poesía como en narrativa. Entre muchxs, Gelman, Girondo, Enrique Molina, Marechal, Haroldo Conti, García Márquez, Saer, Luisa Valenzuela, Piglia, Pizarnik, Silvina Ocampo y Borges, por supuesto. Y en el conurbano, el gran poeta y maestro, Omar Cao.
¿Qué pensás del ambiente literario del conurbano? ¿Creés que, en el mercado editorial, lxs escritorxs del conurbano están ganando terreno?
El conurbano es polifacético, diverso en todas sus expresiones. Por suerte, siguen naciendo colectivos de escritorxs que se unen para resistir las dificultades y multiplicar la creación.
Sin dudas, en los últimos años hubo una especie de boom de la literatura conurbana. Habrá que ver qué quedará de ello al transcurrir el tiempo. En cuanto al mercado editorial, no es lo mismo para la narrativa que para la poesía. En este último caso, lxs poetas son editadxs sobre todo por pequeñas o medianas editoriales independientes, que realizan una labor digna de aplausos.
¿Cómo ves el ambiente literario (del conurbano y en general) para las mujeres escritoras y para las disidencias?
No soy una especialista en este tema, pero me parece que, justamente, esos colectivos de los que hablaba son protagonizados en su mayoría por mujeres y disidencias. Si no se les abren puertas, las inventan. Y persisten multiplicando las propuestas. En el conurbano, tanto como en la capital de nuestro país, han sido de algún modo legitimadas en los grandes festivales literarios, recogiendo algunos de los frutos de las luchas feministas y acrecentándolos.
¿Cómo ves la literatura escrita por mujeres? ¿Crees que el pinkwashing influye en el mercado a la hora de vender libros de autoras?
Pienso que el pinkwashing influye en el mercado, claro. No sé si a la hora de vender, sí a la hora de editar, premiar y promocionar. Por suerte, la mayoría de autoras beneficiarias, poseen una notable calidad literaria.
De cualquier modo, es importante sostener la visibilidad de la producción literaria de las mujeres. Al respecto, hace algunos años en mi calidad de lectora, percibí lo que creo que nos pasó a muchxs: observar que en la propia biblioteca la mayoría de títulos estaban firmados por varones. Así que, para conocer y difundir lo que iba descubriendo, creé el Club de Lectura Mujeres de Latinoamérica que, por el momento, sostenemos como un pequeño espacio virtual. Hubo y hay muchísimas escritoras talentosísimas a lo ancho y a lo largo del continente, así que tenemos material para rato.
La literatura escrita por mujeres es también heterogénea, no puede reunirse bajo ese rótulo excluyente. Dicho esto, agregaré que, por mi propio interés, sigo también a varias jóvenes poetas argentinas que realizan un gran trabajo.
De tu propio material, ¿cuáles son tus escritos favoritos y por qué? ¿Cuál es tu último trabajo?
Mis escritos favoritos son los que nacieron desde mi herencia, desde el conurbano y algunos gestados a partir de la bronca por las injusticias de que somos objeto, por ejemplo, Amazona vencida, poema que se publicó en Alto Guiso. Poesía matancera contemporánea (Leviatán, 2016) e Instrucciones para multiplicar la dicha (en Hasta la vida, ECuNHi Ediciones, 2016). Estos dos libros, que comparto con valiosísimxs compañerxs, me han traído múltiples satisfacciones.
Mi último trabajo, que pronto verá la luz gracias a la labor de la poeta y editora tucumana María Belén Aguirre mediante Ediciones de la Eterna, es un poemario que lleva por título Servicio meteorológico.
¿Qué consejo le darías a unx escritorx del conurbano que quiere comenzar a publicar sus escritos?
Que lea mucho, con insistencia y consistencia; que se autocorrija de igual modo; que se rodee de pares y que busque unx o más maestrxs; que no se apure a editar pero, si lo hace, es mejor optar por ediciones artesanales o virtuales, que por editoriales de dudosa seriedad. Y que persista con humildad y amor.
Por: Melina Alderete.